Con el peso del mundo en la grupa,
lentamente cabalgan trece caballeros;
sus mantos blancos
ondean lánguidos en la gurupa,
dando la impresión en aquél desierto,
de un extrańo chapitel andante.
de escribir otras historias,
que de nobleza y valor
a la caballería entalla;
Jerusalem ha sido perdida,
condenandonos a vivir fuera de ella,
la última cruzada llegó a su fin.
No existirá ya más batalla,
como no volverá a ondear
la cruz de San Jorge en sus muros;
solo quedará en nosotros
aquellos susurros...
que como nuestros recuerdos,
nos hablarán solo de glorias pasadas.
Y conservar nuestros principios
en el mundo y su frágil memoria,
es lo que ahora se aviene
como nuestra última cruzada;
para que cuando el último de nosotros falleciere,
podamos decirle a nuestro Rey
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