martes, 8 de octubre de 2013

♞ "Magdalena"

Nunca los pinos despidieron de si,
tan exuberante fragancia;
como cuando teniendo tus manos 
entre las mías, 
pude escuchar en un susurro a tus ojos.... 
que por primera vez 
me hablaban de amor. 
O indiferentes tus labios, 
con un leve temblor a ti te delataban; 
pareciendo querer fundirse temerosos, 
junto a los míos.... 
con aquella tierna gracia, 
que el colibrí, le hace a una flor.
La tarde se iba como un suspiro,
cual tú estuviste alguna vez entre mis brazos,
Magdalena;
pero a ese ocaso como a ti,
jamás ni nunca los podré olvidar.
Como tampoco podré borrar de mi alma,
aquellos dos pequeños camanances
que nacían a la par de tus mejillas;
embelleciendo aún más tus labios,
cuando tímida me regalabas.... 
una tierna sonrisa de amor;
bajando presurosa, ante mí la mirada;
pues sabias que yo era tuyo, y tú.....mi corazón.
Pero tuve que dejarte ir ese día;
como los pétalos de este crisantemo,
abandonan al compás de un imaginario viento,
mis ateridas manos, e igual mi corazón;
o la espuma que se forma embravecida, bajo mis pies,
en un arroyo cristalino, donde ahogué
de una vez y para siempre, toda mi alegría;
al decirte alguna vez....adiós.
Porque quiero que seas feliz,
aunque sea una vez, y toda tu vida....Magdalena;
y quizás en mi no exista más ya ese hombre....
y tú te transformes, tan solo en un dulce sueño,
que emane de mi más íntima ilusión.
Quince veces, mi rodilla al piso doble;
para tratar de decirte en una palabra .... Te amo.
Más 
en todas y cada una de ellas,
al final, se me quebró la voz...
¡Maldito de mi! 
Que a la soledad eterna ahora me condeno; 
porque al final descubrí, que jamás aprendí a amar; 
y por lo tanto, como tu.... no te puedo hablar más de amor. 
Sir Galahanth 
<Autor> 
*Inspirado en la vida de Don Antonio Nariño, 
libertador de Cundinamarca; 
y su carta de amor a Magdalena* 
*Derechos Reservados* 
Silvia Regina Cossío Cámara 

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